El Filo de las Cosas

Me despierto con el cuerpo empañado de sudor e intento recordar, ¿cómo eran los
pasos que me llevaban?, como era esquivar el filo de las cosas? Afirmo los pies desnudos en el
piso frio, siento el ritmo de la sangre, los ojos ya más lúcidos, y la astilla que entraba en el pie…
y el dolor que aseguraba recuperar la razón. Una astilla: algo mínimo que se desprende de un
mundo que inspira confianza. Detenida en la obscuridad, el pie ya no duele. Esta noche,
desentendida de todo cuidado, veo destellos insignificantes de lo que alguna vez tuvo un
orden de belleza y utilidad.

APTA PARA MAYORES DE 16

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