La nariz

La obra cuenta la historia de un hombre que un día se levanta y no tiene puesta su nariz.

Este hecho extraordinario le sucede al señor K, un empleado público, rutinario y ordinario. Ante la abrupta desaparición de su Nariz, el señor K, con la ayuda de su asistente Igor, emprende una búsqueda desesperada.

Sorpresivamente, apenas sale a la calle el señor K se cruza con su propia Nariz, ahora convertida en una hermosa dama, y la sigue hasta el zoológico. Allí la Nariz conocerá las cualidades de las distintas narices animales al hablar con un elefante, un oso hormiguero y un rinoceronte. El señor K interrogará a los mismos animales, siempre tras los pasos de su Nariz y preguntando por ella.

Finalmente el señor K encuentra a su nariz, la confronta y le exige que vuelva a su lugar, del que nunca debería haberse ido. Altanera, la Nariz desconoce a su dueño y lo deja hablando solo. El señor K, exasperado, decide tomar una medida más drástica aún y se dirige a la comisaría para denunciarla ante la ley. En cuanto el Comisario escucha la versión de la fuga de la Nariz, lo trata de loco y lo echa del departamento de policía. Frustrado y al borde de la depresión, el señor K emprende el arduo camino de regreso a casa junto a su fiel compañero y asistente Igor. Una vez en su casa, Igor intenta distraerlo, pero esto es imposible porque todos los medios hablan de la Nariz, que ya se ha transformado en una estrella famosa.

En medio de esta pesadilla toca el timbre un misterioso personaje que no es otro que… la Nariz, huyendo del acoso de sus fans. El señor K desborda de felicidad ante el tan ansioso regreso e inmediatamente la da por perdonada. Las cosas no serán tan sencillas para el pobre señor K ya que en solo un día de libertad e independencia la Nariz se ha convertido en una nueva Nariz con nueva exigencias y pretensiones. El señor K deberá admitir cuánto sufrió su ausencia y cuánto necesita a su Nariz y prometerle un futuro en donde no solo tape un agujero en su cara.

Adaptación del cuento homónimo de Nikolai Gogol, “La Nariz” (Hoc) 1836