Experimenta Teatro es el encuentro internacional de grupos organizado por el Laboratorio de Teatro El Rayo Misterioso, de Rosario, que entre el 7 y el 13 de diciembre últimos realizó su octava edición.
Como todos los años, el Teatro del Rayo abrió sus puertas para albergar a artistas y críticos de Argentina, España, Italia, Finlandia, Ecuador, Venezuela y Brasil, que confluyeron en la ciudad de Rosario para participar del Experimenta Teatro, encuentro que el grupo organizador cuenta entre sus actividades regulares. “La idea ya estaba desde los inicios, cuando me planteé la creación de un grupo laboratorio”, nos cuenta Aldo El-Jatib, director del encuentro, “En el proyecto estaba ya contemplado el Experimenta, junto con la revista “Ícaro” y el Seminario Experimental que también hacemos todos los años. En las primeras dos ediciones los grupos participantes eran locales y nacionales. A partir del tercero comenzó a tener carácter internacional”.
Siempre es sorprendente confirmar el vigor y la pericia alcanzados por la iniciativa independiente en todos los aspectos del quehacer teatral, evidenciados no sólo en la generación de proyectos nuevos, sino en su sostenimiento a lo largo de los años. Sobre todo, porque en este caso no se trata de una propuesta artística, aspecto que siempre aparece como prioritario y urgente para los grupos teatrales, sino de un encuentro destinado a la reflexión y a la puesta en común de experiencias. Aldo El-Jatib comenta que el evento “se organiza con mucho esfuerzo y con la dinámica de trabajo de El Rayo Misterioso, que se caracteriza por la fuerte predisposición organizativa y el trabajo full time de los integrantes. La selección de los grupos es realizada por un consejo integrado por mí, María de los Ángeles Oliver y el crítico teatral local Julio Cejas. En cuanto a los demás invitados especiales, el interés y la decisión de participar es, en general, de ellos mismos. El encuentro se financia con un subsidio del Instituto Nacional del Teatro (que representa una tercera parte del presupuesto), con la inscripción de los participantes seminaristas, con canjes publicitarios que hacemos con hoteles, empresas de transporte, verdulerías, carnicerías, panaderías, etc., con las entradas de boletería y con todas las peripecias que hacemos durante el encuentro”.
En esta edición, la programación se desenvolvió a lo largo de siete intensas jornadas que han propuesto una motivadora articulación entre práctica artística y reflexión teórica. En este sentido, El-Jatib considera que “el teatro de grupo o el teatro laboratorio se basa en la actitud crítica frente a uno mismo, que implica el cambio, el avance y la superación. En la programación hay aproximadamente un cincuenta por ciento de teoría y otro cincuenta por ciento de práctica. Las mesas redondas y los desmontajes son una característica del Experimenta, porque aportan y fomentan el encuentro, la confrontación y el debate. Creo que la relación del teatro laboratorio con la crítica siempre ha sido tensa, cuando no inexistente, pero esto no implica que Experimenta no tenga su espacio de discusión”.
Consecuentemente, el encuentro se estructura colocando a los espectáculos ofrecidos por los grupos participantes, en el lugar de disparadores para las actividades teóricas. En esta edición, las obras representadas fueron: La consagración de las furias, del grupo organizador, En los ojos hondos huecos de mi madre, del grupo Filumena (Buenos Aires); Árbol que crece torcido, de Escena, de Caracas (Venezuela); Amapola, de la Comuna Baires (Italia); Death of a scarecrow, de The Mime Centre (Finlandia); Cuerpo docente, del grupo Acto (Córdoba); Morir morir, de Ruega por nosotras (Rosario) y la premiada Medea, de Punto Cero (Rosario). En la jornada posterior a la función, representantes de cada grupo dictan talleres sobre algún aspecto técnico-metodológico de su propuesta poética (principalmente en lo que respecta al trabajo actoral) y más tarde, el crítico Julio Cejas coordina un desmontaje crítico de cada obra. Como resultado, los participantes pueden arribar a un acercamiento múltiple a cada espectáculo, que va desde el rol del espectador hasta lo técnico y lo reflexivo.
El programa también incluyó conferencias (una charla sobre el trabajo del actor a cargo de Renzo Casali, director de la Comuna Baires, radicada en Italia y otra conmemorando los veinticinco años de Teatro Abierto, a cargo de Rubens Correa) y proyecciones de puestas emblemáticas (como La clase muerta, de Tadeusz Kantor y El príncipe constante, de Jerzy Grotowski).
Completaron el encuentro varias mesas redondas dedicadas a temáticas específicas, que se estructuraron a partir de la auténtica horizontalidad de los participantes (característica siempre invocada, aunque no siempre conseguida en este tipo de actividades).
El teatro de grupos
El tema central de la reflexión fue el teatro de grupos, con sus premisas, su dinámica de funcionamiento y las problemáticas con las que se enfrenta. Este eje atravesó las mesas que se fueron desarrollando a lo largo de todas las jornadas, comenzando por la apertura que sugería el título “¿Qué es el teatro?”, adentrándose ya específicamente en “¿Qué es el teatro experimental?” y el sugerente “El tótem y la horda” e ingresando en problemáticas concretas como “Supervivencia personal y arte”, “El grupo de teatro y la relación con las instituciones oficiales” y “La dinámica del grupo de teatro”.
Resulta apasionante adentrarse de esta manera en una dinámica de funcionamiento completamente diversa de las más conocidas dentro de nuestra fructífera realidad teatral. El teatro de grupos de concepción grotowskiana/barbiana es un fenómeno muy extendido en nuestro país, pero que constituye un auténtico mundo paralelo a otras formas de hacer teatro. Como consecuencia, se desarrolla en un circuito totalmente diferente a lo que se conoce como el “off”, con el que comparte su alteridad respecto a las escenas oficial y comercial, pero con el que difiere notoriamente en lo que respecta a la organización interna que se da a sí mismo y, fundamentalmente, al plano ideológico. Sería necesario un estudio pormenorizado de las posibles similitudes (acaso lo estético y técnico y las formas de entrenamiento de los actores, sean las zonas de acercamiento más significativas) y las diferencias.
Incluso en el propio universo del teatro de grupos la diversidad es notable. El-Jatib reconoce que “no podría caracterizar a los grupos de teatro en Argentina, puesto que en general no veo grupos, veo gente que va de acá para allá y que hace obras. Por suerte, hay algunas excepciones. Al movimiento de teatro independiente lo une la permanente búsqueda de autofinanciación, la forma de vida austera y la actitud crítica hacia el teatro pasatista y comercial. Nuestra forma de relación con este tipo de teatro es el alejamiento. Pues, ya se ha comprobado desde la historia, que si no tomamos recaudos que tienen que ver con lo técnico (formación), ético (forma de vivir) y estético (concepción de lo bello) se corre el riesgo de contagio”.
Como tentativa de acercamiento en la diversidad, resultan válidas las reflexiones acerca del teatro experimental que se desprendieron de las diversas mesas redondas. Partiendo de la certeza de que todo teatro posee una dimensión experimental, se manifestaron, sin embargo, diferentes concepciones que pueden sintetizarse en dos posturas bien delimitadas: la experimentación en relación con el advenimiento de lo nuevo (entendido como innovación estética) o la experimentación como la vivencia de una experiencia nueva para el sujeto que la atraviesa, superando sus propias limitaciones creativas. Así, se presentaron los problemas que arrojan estas nociones encontradas, como la contingencia de lo innovador (algo es experimental hoy pero no mañana), e incluso el esnobismo al que puede conducir la utilización del término.
En este sentido se presentó como insoslayable la necesidad de compartir diversas experiencias, distintas maneras de tramitar estas concepciones, a través de la práctica concreta. De manera tal, que el grupo de teatro adquiere características y dimensiones muy diferentes en relación con la realidad socio-política y el medio teatral en el que se emplaza, algo que dejó en claro la exposición de Nixon García respecto al surgimiento e historia del grupo de teatro de la ciudad de Manta (Ecuador). La puesta en común contribuyó también al surgimiento de temáticas compartidas, como la importancia de la pedagogía, el proyecto de vida implícito en cada grupo, la apuesta estética y ética, el funcionamiento interno, la dinámica, los roles de sus integrantes, la necesidad de asegurar la subsistencia, etc.
Lamentablemente, estas interesantes experiencias no pudieron ser acompañadas por la asistencia a espectáculos que las refrendaran, dado que las dos obras a las que tuvimos acceso como espectadores durante nuestra estadía, Amapola (Comuna Baires) y Death of a scarecrow (The Mime Centre), carecían de cualidades artísticas destacables.
La reflexión crítica
Además de los desmontajes ya mencionados, la reflexión crítica y teórica contó con el espacio de sendas mesas redondas, de las que hemos participado.
En la mesa específica dedicada a la crítica teatral, que contó con la presencia de Noé Morales Muñoz (México), Inma López Silva (España), Julio Cejas (Rosario), Adriana González, Mónica Berman, Susana Villalba, Mercedes Halfon y Alberto Catena (Buenos Aires), además de teatristas rosarinos, la discusión giró en torno a la difícil relación de la crítica con los organismos oficiales y los medios de comunicación, temática que, generalmente, se desliza hacia la consideración de alguna situación contingente y local, y que en esta oportunidad no fue la excepción.
También se realizó un encuentro de revistas de teatro, tales como “Paso de Gato” (México), “Funámbulos” (Buenos Aires), “Dionisio” (Buenos Aires), “Revista Galega de Teatro” (España), “Stop” (Córdoba), “Crítica Teatral” (Buenos Aires) y “Alternativa Teatral” (Buenos Aires). A la presentación de las publicaciones, con la exposición de su historia, sus objetivos editoriales, estructura y formas de organización, le siguió la caracterización de sus dificultades, que arrojó como resultado la consideración de diferencias entre las publicaciones en papel y las digitales, que van desde la distribución, el manejo de datos y la frecuencia de publicación, que nos conducen a continuar pensando la relación entre la actividad teatral y los medios.
Las familias se conocen…
Hubiera sido interesante incluir entre estas reflexiones cuáles serían los vínculos posibles entre el teatro de grupos y la actividad crítica, a todas luces las dos grandes familias que visitan el Experimenta. Cómo la crítica puede acceder a esta forma diversa de concebir y crear el teatro, en definitiva, a esta forma diversa de vivirlo. Quizás el tiempo sólo alcanzó para presentarnos, conocernos, despedirnos y seguir pensándonos hasta la novena edición.